La primera vez que viajé a Chile en el 2011, jamás pensé que regresaría tantas veces a ese país y menos que me gustaría tanto y es que debo de admitir que Chile no es un destino favorito en mi país. No es que la gente vaya diciendo sueño con conocer Chile, no, no pasa eso. La gente en Perú sueña con conocer Argentina, Brasil, México; pero no Chile. Y en verdad no saben de lo que pierden porque Chile está cerquísima, el pasaje de avión es barato, para ser un destino internacional y además es bello, riquísimo en naturaleza y hermosos paisajes. Cada vez que lo visito quiero ver más y quiero seguir redescubriendo ese país sureño.
Ahora me tocó viajar justo para el terremoto, mis padres no querían que vaya, pero mi espíritu viajero y demás no iban a permitir que me quede en casa. Así que con todo cogí el equipaje y me fui. En Santiago me esperaría mi guía oficial, #michilenofavorito, aquel muchacho que conocí aquella noche estrellada en aquella combi en La Paz, seguro recuerdan esa historia –> http://goo.gl/b3S60g
“Él hablaba de su país, yo del mío; yo contaba mis historias y él hablaba de estrellitas y duendes.”
Sí, él hablaba de Chile y yo de Perú. Yo le contaba sobre mi infancia, los lugares en dónde había vivido y él hablaba de estrellitas y duendes. Ahora ya no me habla de estrellitas, ni de duendes, ahora me habla de rocas y pajaritos; mientras yo sigo contándole mis historias hasta hacerlo casi dormir jaja (gracias por escucharme tanto). Ha pasado más de un año desde aquella noche en La Paz y debo confesar que no pensé que lo volvería a ver, pero así es la vida y así son los viajes y acá estamos nuevamente en Santiago de Chile, en otra noche llena de estrellas y de una mágica y radiante luna.
A la mañana siguiente fuimos al Cerro Santa Lucía, pueden creer que no conocía. Pedazo de lugar del que me estaba perdiendo, ya que es hermoso, lleno de subidas y bajas y de un pequeño castillo en la cima. Luego, seguimos caminando, disfrutando de la ciudad y de nuestras historias. Almorzamos por Plaza Italia y llegamos hasta el Costanera Center para subir al Sky Costanera, el mirador más alto de Sudamérica de 360° ¿se imaginan lo que es eso? Yo que AMO las vistas panorámicas, pero ¡oh sorpresa! Estaba cerrado y debo confesar que es esto lo que no me gusta mucho de Chile, que cuando son fiestas cierran todo!! Así que me quedé con las ganas, será para la próxima…
A nuestro regreso pasamos por el Barrio Paris y Londres y en verdad me sentía en Paris y Londres. Recomiendo muchísimo este sitio, es un lugar precioso, inspirador y muy tranquilo como para sentarse a conversar, relajarse, leer o ponerse a escribir algo. Luego seguimos caminando hasta la casa, haciendo pequeñas paradas en cosas que llamaban nuestra atención y/o mi guía oficial tenía a bien explicarme. En todo ese recorrido, Santiago no me pareció tan grande como antes y me pude percatar además de la cantidad de parques y áreas verdes que tiene, creo que cada vez quedo más fascinada con esta capital Sudamericana.
Vale mencionar que aquel día era 18 de setiembre y sí se celebran las fiestas patrias chilenas y una vez más, sí, era la segunda vez que pasaba esas fechas en ese país, con ese muchacho. Entonces todo estaba lleno de fondas, que son como ferias típicas llenas de comida, juegos mecánicos, baile y demás cosillas. La gente estaba alborotada en aquellos lugares. ¿El terremoto? ¿Las réplicas? Sí claro que había réplicas, a cada rato, pero nadie se acordaba de eso. Todos estábamos para celebrar a Chile.
Esa misma noche nos fuimos para Quillota, a 2 horas de Santiago. Así dejamos la gran ciudad para sumergirnos en la tranquilidad y pasividad de este pequeño, pero lindo pueblo. Al día siguiente me esperaba un tour que para mi fue una sorpresa. Mi chileno sacó el auto y me llevó a dar unas vueltas por la Quinta Región pasando por El Manzanar, Ritoque, Concón (la capital gastronómica de la Quinta Región) Renaca, Rautén, Viña del Mar, Valparaiso, Playa Ancha y de seguro se me olvida algún lugar más pues el recorrido fue largo y los lugares hermosos, llenos de naturaleza, árboles típicos como las araucarias, lagunas, pajaritos y rocas, muchas rocas. Nunca me había dado cuenta de los diferentes tipos de rocas que pueden existir, hasta que conocí a este muchacho chileno, quien además me enseñó a ver la naturaleza con otros ojos.
“El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos.”
Marcel Proust
Esa noche terminaríamos en una fonda, obviamente, entre terremotos y empanadas con un Viva Chile.
Los días siguientes serían igual de lindos, caminar por Quillota, pasear por el río que queda cerca de la casa y un poco más de Santiago antes de continuar el viaje.
Ya vengo para seguir contándoles, ahora debo empacar que no falta nada para Barcelona!!
Los dejo con este pensamiento 😉
“Viajar nos hace darnos cuenta de lo equivocados que estamos de ciertos lugares”