En mi segundo día en Finlandia nos levantamos muy temprano, mi amigo chileno, su novia y yo, para ir a pasear por Helsinki. La primera parada sería Estadio Olímpico, donde se celebraron los Juegos Olímpico de 1952. Asimismo Helsinki se convirtió en 1983 en la primera ciudad en todo el mundo en ser sede de un Campeonato de Atletismo. Y también volvió a ser sede del mismo evento en 2005, convirtiéndose en la primera ciudad del mundo en organizar este evento dos veces. Recorrimos todo el lugar y no podíamos perdernos de subir a su torre más alta, desde donde se puede apreciar una vista HERMOSA de gran parte de Helsinki.
Luego de esto fuimos al Puerto, dónde hay un mercado lleno de cosas y donde comí las fresas más ricas del mundo, ¿ya les había contado que me encantan las fresas? Pues acá son verdaderamente deliciosas y no necesitan lavarse, están listas para comer. ñam ñam 🙂
Luego tomaríamos un ferry para ir a Suomelinna – Reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, una de las fortalezas marítimas más importantes del mundo. Este viaje no toma más de quince minutos y el ticket cuesta 2,50 euros aproximadamente.
Acá un poco de historia: Durante 1748, época en la que Finlandia aún permanecía bajo el dominio de Suecia, el gobierno sueco inició la construcción de una fortaleza en Suomenlinna para defender la línea de costa próxima a Helsinki de la amenaza rusa.
En 1750 la fortaleza pasó a llamarse Sveaborg (Castillo Sueco) y su construcción tardó cerca de 40 años en ser finalizada. A medida que el imperio Sueco fue perdiendo fuerza los rusos fueron ganando territorio, hasta que en1808 la fortaleza de Suomenlinna pasó a manos rusas.
Bajo el dominio ruso el fortín padeció un periodo de decadencia, sufriendo grandes daños durante la Guerra de Crimea, y pasó a ser un complejo militar más del gigante euroasiático al que se destinaban poco esfuerzos para mantenerlo, reducidos a las reparaciones de finales del siglo XIX y principios del XX de las dañadas fortificaciones.
Finalmente la fortaleza pasó a manos del gobierno finlandés en 1918, coincidiendo con la Revolución Rusa y la independencia de Finlandia, y desde ese momento es conocida como Suomenlinna (Castillo de Finlandia).
La parte más importante de la fortaleza militar de Suomenlinna se encuentra principalmente en la isla de Kustaamniekka, en donde es posible visitar el fortín y su perímetro de muros y baterías de defensa. En el punto más alto del reducto se encuentra el Bastión de Zender, que es el lugar en el que ondeaba la bandera del país que en cada periodo de la historia gobernó el complejo militar.
Otro punto de interés principal de la fortaleza lo representa la Puerta del Rey (The King’s Gate), que a mediados del siglo XVIII era el punto desde el que el rey de Suecia Adoft Fredrik desembarcaba para acceder a Kustaamniekka.
Es posible recorrer todo el recinto de la fortaleza a través de varios paseos señalizados, se puede acceder a distintos puntos de los muros de defensa, andar sobre los bancos de arena que cubren los puntos de artillería, llegar hasta pequeñas playas, disfrutar de buenas panorámicas del archipiélago, tener amplias vistas sobre el interior de Kustaamniekka y, lo que más impresiona, poder ver de cerca los cañones de artillería que protegían el perímetro exterior del complejo militar. Los cañones están ubicados en diferentes puntos estratégicos del perímetro amurallado y se puede llegar a todos ellos con facilidad. El paso del tiempo los ha oxidado y deteriorado, pero aun impresionan.
Adentrándose ya en la fortaleza es posible andar por los pasadizos interiores de sus anchos muros de piedra, que en algunos puntos se han aprovechado para abrir curiosos restaurantes. En el resto de antiguos edificios militares y en algunos de reciente construcción repartidos por las diferentes islas, aunque principalmente en Iso Mustasaari y Susisaari, es posible encontrar museos, cafés, restaurantes, jardines, salas de exposiciones, hostels y tiendas de souvenirs o productos locales.
Todo esto sin olvidar que en Suomenlinna habitan cerca de 800 personas todo el año, por lo que también es posible ver edificios de viviendas y casas de madera. Viviendas que en algunos casos son acosadas por visitantes despistados, por lo que se han visto obligados a señalizar con carteles que indican que se trata de espacios particulares y no abiertos al público en general.
Ya vengo para seguir contándoles de mis últimos días en Finlandia. Mientras acá les dejo algunos links que les puede interesar 🙂