Finalmente, en esta entrada les voy a contar a detalle sobre mi voluntariado en Poznan-Polonia, un tema del que siempre me hacen preguntas a las que suelo responder con un “pronto haremos una entrada sobre esto”. Perdón, mil perdón por la demora, pero acá va
6 de julio de 2013 ya tenía todo listo y tan solo esperaba el taxi que me llevaría al aeropuerto para emprender “la gran aventura europea” 10 países serían los visitados. Mapas en mano, direcciones, teléfonos anotados, cámara fotografía, celular, pasaporte y mil consejos de mis padres me acompañaban. Iba a recorrer Europa SOLA, parte de mi estaba supermegafeliz, a tope de emociones y sensaciones; mientras la otra parte (debo confesar esto) tenía miedo, sí, así es, lo cual creo yo que es normal, lo anormal es cuando nos dejamos vencer por este miedo.
“Rosario, ¿no te da miedo viajar sola y tan lejos?” es una pregunta frecuente que suelen hacerme, ya que de primera soy mujer y a esto le sumamos que soy chiquitita, un chichón de piso jajaja, sí, entonces siempre me ponen menos edad, piensan que no paso de 22 años, entonces la gente duda que YO pueda recorrer el mundo SOLA, pero esto no me amilana para nada, al contrario me hace más fuerte. Volviendo a la pregunta de si tengo miedo, pues la verdad es que sí lo tengo, obvio, voy a ir a un lugar donde no conozco a nadie y que ni hablan mi idioma, bueno el que diga que no tiene miedo, creo que está mintiendo un poquito. Pero entonces, el tema es que mi curiosidad y mis ganas pueden más que ese miedo, mis ganas de querer conocer lugares llegan a vencer todo haciéndome llegar a sitios que sólo conocía en libros y en internet.
Mi primera parada sería Holanda, en dónde me hospedé con una amiga holandesa. Luego de pasar 3 días en Ámsterdam emprendí mi camino hacia el lugar dónde viviría por 6 semanas: Poznan. Recuerdo que compré un ticket de Eurolines, Amsterdam-Poznan con parada y cambio de bus en Berlín. Durante el trayecto a Berlín me hice amiga de un argentino, quien me saludó después de escucharme hablar español. Al llegar a Berlín él se quedó ahí y ahora me tocaba buscar el bus para Poznan. Increíblemente NADIE hablaba inglés. NADIE. Eran las 5.30 am y la estación estaba casi vacía, pues al parecer todos se quedaban en Berlín (para mi mala suerte). Entonces prácticamente yo sola caminaba de un lado a otro tratando de saber dónde tenía que tomar el otro bus. “Excuse me, do you speak english or spanish?” es lo que iba preguntando obteniendo no por respuesta (en ese momento deseé haber tomado clases de alemán).
Finalmente vi sentado a un muchacho en una de las solitarias bancas, me acerqué a él y para mi sorpresa hablaba inglés y para más sorpresa él iba también a Poznan. Mi “nuevo amigo” era de Azerbaiyán (debo confesar que era la primera vez que oía de ese país), él tampoco sabía mucho sobre Perú, así que nos pusimos a hablar de nuestros países mientras esperábamos el bus. Al llegar a Poznan, en la estación de bus, ya me esperan los chicos de AIESEC, quienes me dieron una calurosa bienvenida.
Después de instalarme en una casa provisional, mis anfitrionas tuvieron que salir, entonces me quedé sola en aquel lugar. Los sentimientos que tuve en ese momento fueron diversos, estaba feliz porque había llegado, estaba en dónde tanto quería estar; pero sin embargo sentía algo raro que no podía explicar. En ese instante prendí la computadora para revisar mi Facebook y mis correos cuando justo entra la llamada de mi madre por Skype. Al contestar y verla por la cámara web no pude evitar botar unas lágrimas. Sí, mi sueño empezaba a hacerse realidad, estaba en Europa a punto de iniciar mi voluntariado, pero estaba sola, no conocía absolutamente nadie en ese lugar y al ver el rostro de mi madre terminó de aflorar todos esos sentimientos encontrados que tenía guardado. Lloraba de felicidad por cumplir un sueño y lloraba de tristeza de estar lejos de casa.
A la mañana siguiente conocería a mis demás compañeros. Una charla de presentación y dinámicas hizo que nos hiciéramos amigos instantáneamente. Felipe, el colombiano, ¿se acuerdan de él? Hace poquito lo visité en Medellín, fue el primero en saludarme, a su lado estaban Hiral de la India, con quien habíamos entablado algo de amistad por facebook y Thales de Brasil, un buen amigo con el que de vez en cuando nos comunicamos por Skype. Luego se acercarían Eleana de Singapur, quien se convertiría en una de mis mejores amigas al igual que Hiral y Julia de Canadá, con quien intentaba practicar el poco francés que sé. Ese era mi grupo, como ya lo había mencionado en otras entradas, éramos 6 chicos de diferentes lugares del mundo, diferentes costumbres y religiones, pero con un mismo ideal: SER FELIZ
De principio los 6 viviríamos juntos en un mismo departamento, luego nos dividieron en parejas para ir una semana a diferentes escuelas de la región. Durante esa semana nos hospedaban familias polacas, quienes nos trataban como parte de la familia: nos llevaban de paseo, nos mostraban sus costumbres, platos típicos, incluso nos presentaban con las autoridades locales y nos llenaban de regalos, haciéndonos sentir como en casa. Cada familia, cada escuela, cada lugar fue más bonito que el otro, por lo que me siento infinitamente agradecida y feliz de haber tomado esta decisión y permitirme a mí misma vivir esta experiencia.
Es así como viviría una de las mejores experiencias de mi vida. Conocí personas de todo el mundo, conocí otras culturas, costumbres, formas de pensar y realidades. Además que el “trabajo” que hacíamos era muy lindo y motivador. En las escuelas, cada uno se encargaba de dirigir seminarios en dónde tocábamos temas de liderazgo, motivación, emprendimiento, impacto global, entre otros. Muchas veces yo hablaba sobre mi país, Perú, les compartía videos, bailábamos mis danzas típicas y degustábamos mi gastronomía. De cierta manera me sentía, y en parte lo era, una embajadora de mi cultura, sentía que aunque sea con un granito chiquitito de arena estaba contribuyendo a difundir mis costumbres y mi más grande satisfacción era escuchar al final de una charla “Quiero conocer Perú”.
El “trabajo a cumplir” iba de lunes a viernes de 8 am a 3pm, por lo que los fines de semana volvíamos a Poznan, nos juntábamos los 6 y planeábamos a dónde irnos de paseo. Con estos amigos, que en verdad se convirtieron en familia, visité Alemania, República Checa y varias ciudades de Polonia, incluso fuimos al concierto de Bon Jovi (una de mis bandas favoritas) en Gdasnk.
Para terminar la entrada quiero compartir con ustedes lo que me pasó una noche. Estaba echada en la cama, en una de las ciudades que me había tocado ir. La hija mayor me había cedido su habitación, entonces tenía un cuarto hermoso, enorme con una ventana en el techo desde dónde se podían ver las estrellas y la inmensa luna. Había regresado de jugar tenis y bowling, así que estaba cansada, entonces me tiré a la cama y me puse a contemplar el cielo a través de esa ventanita, cuando de pronto sentí algo que nunca en mi vida había sentido. Fue una mezcla de sentimientos que se cristalizaban en una felicidad plena e infinita. A este punto me di cuenta que todo lo que había soñado se había hecho realidad. Entonces me dije a mi misma, ¿es así como se siente cumplir un sueño? Sentí que podía quizás morir ahí mismo y moriría siendo la persona más feliz en el mundo. En ese momento terminé de comprender que lo más importante en la vida es ser feliz, y lo que te da la verdadera felicidad no son las cosas materiales, sino las experiencias y el amor de los demás. Si somos felices entonces no le tenemos miedo a nada y somos capaces de todo. Finalmente comprobé que para cumplir un sueño no hace falta ser millonario, sino tener las ganas porque si puedes soñarlo, entonces puedes hacerlo.
Datos curiosos
- En muchos lugares dónde llegábamos era la primera vez que conocían extranjeros, entonces ¿se imaginan como era la situación? Era muy anecdótico: se querían tomar fotos con nosotros. Y en lo personal no era nada raro que me toquen el cabello y me digan: “qué lindo” o “que hermoso color de ojos” o “qué bonito color de piel” ok, mi cabello es color negro (no me gusta pintarlo ni hacerle nada de nada, me encanta lo natural) y mis ojos (a ver espérenme que me voy a mirar a un espejo jaja), mis ojos son así como marrones oscuro y mi piel es trigueña, así ni blaaaanca, ni morena, un intermedio. Si alguno de ustedes ha estado por Europa del Este seguro les ha pasado esto también, que chistoso la verdad.
- El nombre de mi proyecto era “Make a Step” pero habían muchos proyectos. En total éramos como 50 voluntarios de diferentes países, las edades oscilaban entre 19 a 25 años, todos universitarios o recién egresados, ya que este es uno de los requisitos de AIESEC.
- Para ayudarnos a conocer la ciudad y apoyarnos en lo que necesitáramos a cada uno nos asignaron a un “buddy” es decir a un “amigo”, a mí me tocó a la mejor, una polaca super buena onda quien se convertiría en una buena amiga para mí. Desde antes de iniciar el viaje ella me contactó por e-mail y nos hicimos amigas en Facebook. A mi llegada fue a recibirme al terminal de buses y fue quien me despidió cuando termino el proyecto.
- Todos hablábamos diferentes idiomas, siendo nuestro idioma en común, el inglés.
- Los chicos de AIESEC se encargaban de coordinar con las escuelas y con las familias, ofreciéndonos casa y comida gratis como parte del voluntariado.
- Luego de terminar mi proyecto empezaría a recorrer Europa por 7 semanas, siendo mi primer destino Finlandia en dónde me reencontraría con un amigo chileno que ahora vive ahí, conocería la casa de Ville Valo y a su papá y donde además visitaría a una amiga que conocí en internet y con la cual manteníamos una cyberamistad de 8 años, sí, esta sería la primera vez que nos veríamos en persona, pero esas historias ustedes ya las conocen y si no se acuerdan les invito a leer mis entradas sobre Finlandia: http://goo.gl/FuWZDN. Ah y seguro pensarán ¿en qué momento fui a Grecia? Eso lo hice durante mi proyecto, ya que tuvimos 1 semana libre por feriados, acá les dejo las entradas sobre Grecia: http://goo.gl/Kieyze
- Si desean saber más sobre AIESEC y mejor aún anotarse a alguno de sus proyectos los invito a revisar su página web aisec.pe obviamente este link es de mi país, Perú, pero AIESEC tiene presencia en muuuchos países, así que busquen el que les corresponde.