De seguro muchos han visto Titanic, y algunos se han imaginado pararse en la punta de un barco siendo Rose o Jack gritando “soy el rey del mundo” xD pues les confieso que Titanic es una de mis películas favoritas. No sé cuántas la he visto y aún sigo pidiendo que Jack no muera por favor. Debido a esto siempre soñé con subirme a uno de esos trasatlánticos. Me emocionaba tan solo la idea de pensar cómo será estar en tremendos barcos dónde hay todo lo que te puedas imaginar y con una atención de primera, que simplemente te hacen sentir como una reina. Este sueño se haría realidad en junio del 2013 cuando uno de mis primos, quien trabaja en uno de estos cruceros de ensueño me invitaría 5 días a subirme a bordo. ¿Se imaginan todos los lugares que conocí y todo lo que viví?
Este crucero donde trabaja mi primo recorre parte del Mar Mediterráneo y Egeo, específicamente va desde Estambul en Turquía hasta Civitavecchia en Italia. El plan era que yo me suba al crucero en Grecia y para ser más precisos en Mykonos, con esto cumpliría mi otro sueño, que además era también el sueño de mi papá: visitar la famosa isla griega de Mykonos. Con tan sólo pensarlo, se me ponía la piel de gallina.
Era una mañana lluviosa, 26 de mayo del 2013, estaba en el Aeropuerto Internacional de Praga Václav Have en República Checa, ya con ticket de abordar en mano, tan sólo esperaba la llamada para subir al avión. Sola con una pequeña maleta, pero con una emoción gigante, esperaba poder cumplir ese gran sueño. Tenía 10 de horas de escala en Atenas, la cual aprovecharía para visitar un poquito la ciudad. Así mandé el equipaje directo a Mykonos. ¡OJO! Recomendación: si hacen estos viajes con escala de varias horas, es preferible mandar el equipaje de frente al lugar de destino, cosa que así estamos libres para aprovechar de salir y pasear las 10 o 12 horas de escala que tenemos.


Mi paseo por Atenas fue breve. Al llegar al aeropuerto pedí información sobre la ciudad y con mapa en mano tomé un bus de acercamiento al centro de Atenas que me costó cinco euros. Caminé por la plaza principal, las calles de los alrededores, me entretuve mirando las tiendecitas y comidas extrañas que vendían, hasta que finalmente al dar vuelta en una callecita me quedé sin palabras, ahí estaba, finalmente me había topado con la famosísima Acrópolis griega, cuna de filósofos y pensadores tan influentes. Debo confesar que historia universal siempre fue uno de mis cursos preferidos y la cultura griega mi preferida junto a la cultura egipcia. Entonces, después de tanto estudiar sobre todo esto en el colegio, ahí estaba, frente a mi, majestuosa e imponente en lo alto de la montaña lucía tan importante edificación.






Caminé hasta intentar llegar a la cima cuando de repente un gran viento pasó, este se llevó varias mercancías que se exhibían en las calles y la gente empezó a guardarse en sus casas. Yo firme me quedé parada a esperar que pase el ventarrón. Finalmente seguí caminando, necesitaba compartir tanta emoción con alguien, pero miraba a mi alrededor y estaba sola. Sin importarme seguí caminando y tomando fotos, cada vez estaba más cerca del templo. Durante mi caminata me crucé además con un par de edificaciones más que ahora son ruinas, pero igual de hermosas todas ellas. Después de unos minutos pasado el ventarrón la gente volvió a salir a las calles y fue como si nada hubiera pasado, parece que esto es un poco usual por estos lados y en esa época del año.




Miré mi reloj y ¡oh no! la hora me ganaba. Debía volver al aeropuerto. Si bien mi avión no salía hasta las 4 am, yo ya debía volver puesto que los buses solo pasan hasta las 10pm. Corrí de prisa a la plaza principal y ahí pude tomar el último bus. Pasé la noche en el aeropuerto de Atenas, lo cual no es para nada raro, por el contrario es muy común ver a viajeros tirados por los pasillos y/o los sillones descansando esperando el próximo vuelo, y es que cuando se viaja barato, muchas veces pagar un hotel por tan pocas horas no vale tanto la pena, aunque quizás acá algunos podrán discutirme por el tema de la comodidad.
En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en Mykonos. Fui a recoger mi equipaje y pedí un taxi para que me llevara al puerto dónde debería estar anclado el crucero. Recuerdo que el taxi me cobró 15 euros, yo feliz, miraba por la ventana ansiosa, no podía creer que había llegado.


El crucero era enorme y creo que ni el taxista podía creer que yo podía pagar algo así y es que la verdad, como les contaba, mi primo trabaja ahí, y para ser más exactos es jefe de una área, entonces tenía la entrada gratis. Sí, tal como lo leyeron. Gratis ¡Qué suerte la mía! (primo te amo tanto jaja xd). Así pasaría 5 inolvidables días recorriendo el Mar Egeo y el Mar Mediterráneo en un lujoso crucero 5 estrellas con todo incluido.

En mis próximas entradas les iré detallando cada parada de este crucero, además de darles todos los tips. 😉
¡No se lo pierdan!
¡Ay por Dios, qué aventura la tuya! *O*
Ya quisiera que tu primo se solidarice conmigo y me dé una entrada este año xD
Dile que soy paisana de ustedes que se vino a aventurar como Au Pair en Alemania. ^^
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Jajaja que linda Ajiru. Muchas gracias por tu comentario. Te mando un abrazote y disfruta mucho tu experiencia en Alemania!!!
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