Como buena peruana y viajera, ya había recorrido gran parte del Perú; sin embargo quedaba aún pendiente un lado del país, un lugar que debía visitar sí o sí. Y fue de esta manera que decidí emprender este viaje, pero no quería solamente ir a la ciudad y comer comida local y tomarme fotos con los animalitos domesticados de los alberges y/o criaderos. Yo quería algo más, quería vivir la verdadera aventura, quería sumergirme en lo más profundo de la selva peruana y convivir con la naturaleza. Todo lo que me esperaría y me pasaría durante este viaje es algo que jamás me hubiera imaginado. Ahora ya de vuelta en la ciudad me dispongo a contárselo todo. Acompáñenme a sumergirme en lo más profundo de la Amazonía peruana.
Día 1
Después de una hora y media de vuelo desde Lima, llegamos muy temprano a la calurosa ciudad de Iquitos en el departamento de Loreto. El guía que habíamos contratado para la expedición ya estaba esperándonos en el aeropuerto. Mi amiga y yo no veíamos las horas de empezar la travesía. Desde Iquitos debíamos ir al puerto de Nauta, en dónde se navega por el río Marañón unas 3 horas aproximadamente hasta llegar a la famosa Reserva Nacional de Pacaya Samiria, también conocida como la Selva de los Espejos, debido al color cristalino del agua lo cual produce un efecto de espejo.
La ruta estaba planeada tal como lo cuento líneas arriba. De Iquitos a Nauta sería 1 hora y 30 minutos en auto; sin embargo no contábamos con la crecida del río, lo cual había dejado la pista rota, de esta manera la aventura comenzaba. Tres grandes abismos de lodo en media carretera, policías que no permitían el paso y 2 autos al fondo del río era el panorama. Luego de insistirle a los policías dejarnos pasar, estos accedieron y finalmente con lluvia y zapatillas llenas de lodo llegamos a Nauta. En Nauta almorzamos, nos abastecidos de comida, bebida, linternas, ponchos para lluvia y empezamos a navegar río adentro hasta llegar a Pacaya Samiria. Luego de casi 3 horas puede observar como el agua del río dejaba de ser media marrón para pasar a un hermoso color cristalino en dónde se podía reflejar todo como si fuera un espejo. Así supimos que habíamos llegado.





Seguimos navegando unos 20 minutos más y finalmente anclamos en la comunidad 20 de enero.



Día 2
Nos levantamos a las 4.30 am para hacer avistamiento de flora y fauna silvestre. Ansiosos subimos al bote y fuimos río arriba en busca del famoso delfín rosado, muy popular en ese lugar. Un intento, dos intentos, tres intentos “¡Ahí está!” gritó uno de los chicos del grupo. Lo que vería me dejaría sin palabras. Cuenta la leyenda que el delfín rosado es un hombre muy guapo que nada en el río buscando a una mujer de la cual enamorarse, cuando la encuentra, en la noche se convierte en humano y con su melodioso silbido la llama para llevársela a su reino.
Luego del avistamiento de flora y fauna regresamos a comer y a alistar las cosas, pues esa noche tocaba pescar pirañas y acampar en medio de la selva.


“Va una, va dos, ohh ¡no! Se me escapó la piraña”. Era la primera vez que lo hacía y bueno, algo se pescó. xD


Luego de esa experiencia nos dispusimos a hacer las carpas, la noche se aproximaba y de los mosquitos debíamos protegernos. Por eso recomiendo llevar mucho repelente y ponérselo siempre.

Luego de una cena improvisada a la luz de la fogata y de compartir un par de leyendas urbanas más, era el momento de explorar la selva peruana, linternas en mano, no sabíamos la cantidad de animales que nos esperaría.

“Una serpiente” gritó uno de los chicos, “cuidado un hueco” gritó otro, “esas hormigas son venosas”, “miren ese sapo”, “que grande esa araña” era lo que se escuchaba mientras caminábamos en la oscuridad en medio de árboles, agua, lodo y toda clase de animales que entre ansiosos y temerosos se escabuían entre las plantas. Caminamos por casi una hora sintiendo el viento, los árboles, los diversos sonidos de los animales, la hermosa luna que no dejaba de alumbrar y las estrellas tan brillantes en un cielo enorme. “¡Vaya, esta vista y estás sensaciones no se tienen todos los días!”, pensaba.

Día 3
Nos levantamos muy temprano, recogimos las carpas y era el momento de volver, pero ahora sería remando en una canoa. ¡Qué más le podía faltar a esta aventura!

A nuestra vuelta en la comunidad 20 de enero era momento de aprender a recolectar aguaje, y sí, me tocaba escalar los enormes árboles. Sujeta de cuerdas intenté subir hasta la punta del árbol, como indica la tradición, para recolectar este fruto, ¿qué creen?, ¿lo logré? xD

Así, iba llegando el momento de volver a la ciudad, yo la verdad, no me quería ir. Había pasado días y experiencias increíbles. Ya me imaginaba ser parte de la comunidad, conviviendo con los animalitos y mirando atardeceres hermosos, sí, cómo esos que me gustan y que ustedes ya saben. Verdaderamente cada vez que veo estos paisajes me doy cuento de lo hermoso que es nuestro planeta y de cuánta flora y fauna puede albergar. Además de las costumbres locales y los pobladores quienes estarán siempre felices a recibirte.
Si alguna vez tienen la oportunidad, no lo duden y vengan a vivir esta increíble aventura. Siéntanse como en las películas y vivan de primera mano una experiencia única e inolvidable. Te llevarás grandes recuerdos, memorias imborrables y amigos aventureros para toda la vida.
Ah pero ¡esperen! Si bien yo me quedé 3 días y 2 noches, en la reserva hay mucho para hacer y es aconsejable quedarse más tiempo, puede ser 5 días y hasta una semana.

¿Qué llevar?
Según mi experiencia creo que estas cosas son las esenciales; sin embargo no se olviden de revisar la entrada: Lo que nunca le puede faltar a un viajero.
- Linternas
- Poncho para lluvia
- Repelente para insectos
- Bloqueador solar
- Pantalones largos
- Pantalones cortos
- Polos manga larga
- Ropa de baño
- Bota de jebe
- Paraguas
Ojo: en la reserva no hay luz, ni internet.
Asimismo es importante mencionar que la mejor época para visitar la Reserva Nacional de Pacaya Samiria es entre los meses de julio y octubre, ya que es verano, el río está bajo y por ende hay más animalitos para observar.
Ahora ustedes dirán, ¿pero todo lo hizo sola? No, no, por ahí mencioné que tenía un guía, y claro está bien ser aventureros, pero hacerlo solos sin ser del lugar puede ser peligroso, así que me conseguí un guía local, el cual nos brindó una atención de primera, tanto él como su familia. Así que sin lugar a dudas lo súper recomiendo.
Acá les dejo el nombre de su tour y todos los datos para que lo contacten. 😉
- tourpacayasamiria@gmail.com
- Celular (0051) 950-563981
- Facebook: www.facebook.com/TourPacayaSamiria
Finalmente, quiero cerrar esta entrada compartiendo con ustedes la fotito grupal de los que formamos parte de esta increíble aventura.

Cuál es el valor de un tour asi?
gracias!!!
Me gustaMe gusta
Hola Daniela, puedes consultar el precios de los tours aquí:
tourpacayasamiria@gmail.com
Celular (0051) 950-563981
Me gustaMe gusta