En el baño de Powderhorn Mountain Resort
Yo: Amiga, ¿me pasas mi bolsa?
Mi amiga: Sí claro, dame un minuto.
Una mujer desconocida: Excuse me, are you speaking spanish?
Yo: Yes
La mujer: Oh! I love Spanish!!! Can I invite you to have dinner at my place someday?
Yo: Oh! Uhmm Yes, I think so. Can I go with my friend?
La mujer: Sure! This is my address and my cellphone. Give me a call!
Fue así como conocería a Kim, una mujer de 34 años, casada con 2 hijos de 3 y 5 años que estudiaban español. Ella asimismo había vivido en Costa Rica y sabía algo de español. Esa noche, a mi regreso a la casa de mi familia anfitriona, le comenté a la mamá lo sucedido y cómo era de esperarse, al ser un pueblo pequeño, la señora conocía a la mencionada Kim, no eran amigas, pero sabía de quien se trataba. Y es que obviamente no iba a ir a la casa de un desconocido, pero en este caso no había problema.
Un buen día le di una llamada a Kim para coordinar mi asistencia a su invitación y así, el día acordado fuimos con mi amiga a visitarla. Para esto mi amiga y yo nos comprometimos a preparar comida peruana. Hicimos un rico lomito saltado y pisco sour. El pisco sour fue posible gracias a un señor que había estado en Perú y tenía de recuerdo un pisco peruano. Recuerdo de manera especial a este señor porque además de conocer mi país nos daría una linda sorpresa a mi amiga y a mí.
Esa noche en casa de Kim y su familia sería memorable. Kim había invitado a varios amigos y todos estaban ansiosos por conocernos. Y es que pasa lo mismo cuando un extranjero viene acá, nos llama la atención por ser rubio y de ojos azules, pues bueno, allá éramos nosotras el centro de la atención por ser de cabello negro y ojos oscuros.
Esa noche comimos Lomo Saltado, preparado por nosotras (sí quedó rico el lomito jeje), tomamos harto pisco y hablamos de Perú, de Machu Picchu y de los Incas. Fue así que entre copa y copa y ya un poco “sazonadas” como se dice, Kim nos ofrecería viajar con ella a Las Vegas, pues justo tenía un evento de su empresa por lo que tenía el hotel ya reservado, nosotras sólo necesitábamos comprar nuestro pasaje, ante lo cual el esposo de Kim empezó a buscar vuelos baratos y sin darnos cuenta teníamos dos pasajes con destino a Las Vegas que salía en menos de una semana. Seguro había soñado con conocer Las Vegas, pero jamás pensé que pasaría de esta manera.
Al día siguiente un poco más conscientes de lo ocurrido, mi amiga y yo no podíamos creer que habíamos comprado los pasajes y en menos de una semana pisaríamos Las Vegas. Ahora sólo necesitábamos el respectivo permiso en el Ski Resort para ausentarnos por cinco días, tiempo que duraría el viajecito… ¿Cómo reaccionaría nuestra jefa?…