EN BUSCA DE LAS AURORAS BOREALES PARTE II

Parte I

Regresar a Barcelona sin ver las auroras boreales no era una alternativa, por lo que tras fallar el primer intento nos dedicamos a pensar y pensar cómo podríamos hacer para cumplir nuestro sueño.

Repasemos y tachemos las opciones que teníamos: alquilar un auto, anotarnos en algún tour o caminar y caminar. Ya sabíamos que los tours costaban sobre los 100 euros, pero teníamos fe de que encontraríamos alguno a menor precio. Y es que saben, siempre he compartido la filosofía de que cuando uno desea algo con todas las fuerzas de su corazón, entonces el mundo entero conspira para que se realice. El ¿cómo?, no importa, tú no tienes que pensar cómo se darán las cosas, de eso se encarga el universo. Lo que tienes que hacer es pensar en lo quieres y enfocarte en ello. Verás como pieza a pieza se une para que recibas lo que has pedido. Y cuando llegue ese momento, toca agradecer por lo has pedido. Sí, ya sé, seguro que muchos estarán pensando: “eso me suena eso familiar” y otros dirán: “es el poder de la atracción”, pues ¡bingo!  Hace algún tiempo leí “El Secreto” y desde entonces he intentado aplicar el poder de la atracción en las cosas que realizo y les cuento algo, es verdad.

Volviendo a mi historia y después de desear muchísimo ver las auroras boreales, conocí a un chico en la cocina de mi casa ¿cómo así dirán ustedes? Jajaja bueeeeno mejor dicho, en la cocina de Sarah, mi amiga noruega dónde me hospedé. Era Freddy, el roomate de Sarah. Tras hablar unas cuentas palabras con Freddy le pedí algunas recomendaciones para hacer y visitar en Tromso, a lo cual respondió: “Pues sinceramente no lo sé, pero mira, anda a este lugar: Villmarkssenter” Yo inmediatamente me puse a buscar en mi celular sobre ese lugar y que creen?? Tenían un tour para ver las auroras boreales a tan sólo 590 NOK y no sólo eso, sino que por ser estudiante me lo dejaban a 500 NOK, eso era 52 euros aproximadamente, un precio razonable frente a los 100 euros de tooodas las demás agencias que encontramos. ¡No lo podíamos creer! Ahora sí podíamos pagar el tour. Volvimos a revisar los pronósticos de las auroras boreales y elegimos anotarnos para el sábado 27 de febrero. Esta decisión era muy importante, porque está bien, nos anotamos al tour, peeero y ¿¿si no aparecen las auroras?? Recuerden que es un fenómeno de la naturaleza que depende de varios factores. Entonces guiadas por nuestra corazonada pagamos el tour y nos enrumbamos a  cazar las auroras boreales.

Eran las 6.15pm y el bus ya estaba listo para partir, nosotras éramos las únicas peruanas, qué les digo, las únicas latinas en el tour. El bus empezó a alejarse muchísimo de la ciudad hasta llegar a un lugar casi descampado, ahí nos dieron más ropa abrigadora, nos sentamos frente a una fogata y comenzaron a explicarnos y a contarnos historias sobre las auroras boreales.

Fue de pronto cuando al promediar las 8.00pm un señor me dijo voltea y ahí estaba, mi primera aurora boreal. Era muy pequeña y duró pocos minutos, pero todos nos emocionamos como niños chiquitos, no podíamos crearlo. Ansiosos nos quedamos observando el enorme firmamento en busca de más auroras boreales, pero no aparecerían más. Por el momento…

El frío calaba hasta los huesos. Carla y yo ya no sentíamos nuestros pies, ni nuestras manos. Necesitábamos calentarnos un poco, así que decidimos entrar a la cabaña que había. Ahí nos ofrecieron comida, Bidos, una tradicional comida local, la cual no nos cobraron gracias al blog (gracias Villmarkssenter). Estábamos cenando y promediaba las 9.30pm, cuando de pronto alguien gritó: “más auroras boreales” salimos corriendo y ahí estaban, una aparecía atrás de otra. Eran un poco más grandes que la primera que vimos, pero no tan grandes como las de las fotos y videos que tanto llamaron mi atención; sin embargo para mí era suficiente. Había cumplido mi sueño, estaba feliz y le agradecía al universo por concederme mi deseo. En ese momento pasó una estrella fugaz. Nunca había visto una. La noche no podía ser más perfecta. Le pedí un deseo y no deje agradecer por tantas bendiciones.

Sin embargo, el universo sería más generoso conmigo aún y al promediar las 10pm comenzaría el verdadero espectáculo. Ahora sí, tal cual se anuncian en los posters y en los videos, ahí estaban las auroras boreales en todo su esplendor danzando en el cielo para mí y para todos los que habíamos viajado hasta ahí para verlas. Emoción, alegría, lágrimas. No hay palabras para describir tremendo espectáculo. Es hermoso, simplemente hermoso.

Con este sueño cumplido llegaría la hora de subir al bus y regresar a casa.

Les dejo los datos del tour que tomé, el cual recomiendo al 100%:

http://www.villmarkssenter.no/

Phone: +47 77 69 60 02

mail@villmarkssenter.no

Address: Straumsvegen 60

9105 Kvaløysletta

¿Se acuerdan de Freddy? El roomate de Sarah que me dijo sobre Villmarkssenter, pues el día que lo conocí en la cocina, él preparaba un platillo a base de quinua o quinoa, un cereal que proviene de mi país Perú y de Bolivia. Vaya casualidad ¿verdad? Luego de aquel día, nunca más lo vi.

* Dedico este viaje a Noruega a mi abuelo Demóstenes, quien soñaba con conocer este país. Sé que él también influyó en que puede ver las auroras boreales.

Gracias – Gracias – Gracias